Estando en Florencia, hice una excursión a la Toscana, esa zona de Italia donde el campo es parte de su atractivo y la agricultura juega un papel muy importante dentro de la región. Hice una visita y una cata de vino en una bodega en la localidad de San Gimignano. En lo alto del pueblo está la mejor heladería del mundo con sus correspondientes títulos que lo acreditan. Cómo no, probé uno de los helados y riquísimo, llamando la atención su modesto precio.
En la excursión nos llevaron a ver Pisa. La peculiaridad de la torre de Pisa es que al poco de construirse, la torre comenzó a inclinarse por la fragilidad del suelo y porque sus cimientos miden solamente tres metros de longitud. Lo que parecía que iba a ser un inconveniente, se ha convertido en todo un atractivo para los turistas.
Para terminar la excursión, visitamos Siena. Entramos en la catedral y pudimos admirar la riqueza y el arte que había en ella, tanto en el interior como en el exterior. Esculturas, obras, pinturas, etc. Algo llamativo es que el Baptisterio se encuentra debajo de la Catedral y no como un edificio a parte.
Fuera, está la Piazza del Campo, que tiene forma de abanico. En ella se encuentra el Palacio Comunal, con forma curva para seguir la estética de la plaza. Como anécdota, dos veces al año en la plaza se crea una competición en forma de una carreta hípica entre los distintos barrios de la ciudad. Cada barrio está identificado con banderas que contienen diferentes símbolos identificativos, y esos mismos símbolos se pueden ver grabados en las piedras de las propias fachadas en los barrios.
Entre pueblo y pueblo, desde el autobús, pude disfrutar de los paisajes montañosos llenos de campo que aconsejo visitar.
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